Como a muchas de las mujeres del mundo, me encantan los zapatos. Sergio Rossi (aún tengo en la cabeza esos zapatos de pitón gris con pelo de zorro gris en el talón o esas botas de gata hechas en encaje negro del invierno pasado), Pedro Garcia (y su maravilloso modelo Emelyn, en rosa maquillaje y negro), Jimmy Choo, y qué decir de los Stuart Weitzman (diseñador de los zapatos más caros del mundo. ¿Quién podría olvidar esas sandalias diseñadas en colaboración con Eddie Le Vian con incrustaciones de Tanzanitas azules y diamantes?) o Louboutin (y su archiconocida suela roja como sello de la casa).
No me olvido de Manolo Blahnik... Puedo prometer que me encantan (ninguna podremos olvidar el modelo Hangisi en el enorme vestidor de Carrie). Pero, creo que ha llegado el momento de enfadarme con él. No voy a alabar su buen gusto, sus diseños... Esta fabricado en seda y un tacón de 11,5cm. Tiene una especie de pompones que simbolizan al madroño. Los colores vivos están inspirados en la Feria de San Isidro y el tacón, en un torero.
El modelo Madrid, sólo se vende en la tienda que el diseñadores tiene en la capital.
Blahnik ha declarado: “Este modelo, para mí, expresa Madrid y España. Los pompones y los colores vivos reflejan la alegría y la vivacidad de este maravilloso país”.
Lo cierto es, que el conjunto, tiene cierta inspiración goyesca.
¿Mi enfado? Después de ver tantos y tantos diseños de M.B. este, me ha defraudado. No me gusta que un diseño así, de alguien que para mi, capta perfectamente el refinamiento y genial diseño en zapatos femeninos, le ponga el nombre de mi querido Madrid a un modelo así. ¡¡Y PUNTO!!
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